Una vez más estabamos tu y yo, frente a frente, después de todos nuestros conflictos.
Mi problema personal es ser involuntariamente tuya, y lo sabías perfectamente.
-Tengo un cd guardado en el cajón. Cuando decidí con la cabeza fría separarme de tí, grabé en ese disco todos los contra de tu persona, para que por fin no me dieran más ganas de hablarte en mi vida.
Hice un ritual con velas e incienso, y en la mitad de mi locura desterré tu cepillo de dientes y todos tus defectos en una bolsa y me deshice de ella. Miestras te veía hablar, preguntarme por cosas insulsas, yo meditaba con detalle el ritual que te sacaba de mi vida.-
Decidimos ir a mi casa, dicho sea de paso nuestro ex-hogar, y nos pusimos a hablar de todo el tiempo que había pasado desde nuestra última vez (fatídica última vez por cierto) y yo no me terminaba de convencer de todo el tiempo que había pasado.
Una vez más los hechos: La consciencia destruída y mi fuerza de voluntad perdida en el más allá.
Mi cuerpo deslúcido enredado entre las sábanas, confundido entre tu cuerpo, y los miles de besos de sabor más dulce de los que tengo memoria. Otra vez toda esa patraña que salió desde mis labios ya no tenía ningún valor. Siempre te quise, siempre te querré y ahora que despierto me siento con absoluto miedo de empezar, de volver a fracasar.
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