Se convirtió en
pasajero errático al borde
de su paso
contemplando el polvo de tierra
y domesticaba su andar
al ritmo del viejo
uno, dos
La calzada era larga
y tristemente solitaria
aguada, desahuciada
en partes de libra
que se unían a su paso
y al viejo ruido
en sus zapatos
[uno, dos
uno, dos]
Quieto, apegado
de sus convicciones apagado
en bocanadas de tierra
solevantada de inertes memorias
fue tragado, masticado
en la gloria de un recuerdo
[y sin más
se nos fue]
en partículas de sueño
perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario